BIOSEGURIDAD EN TELEMEDICINA: ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Puede parecerle extraño al lector que cuando nos referimos a la telemedicina hablemos de bioseguridad, ya que la primera impresión que nos viene a la mente es: si estamos utilizando medios de comunicación electrónicos para establecer una consulta médica donde no hay contacto directo entre el especialista y el paciente ¿Por qué debemos mantener las medidas de bioseguridad?
El personal de salud tiene como impronta a nivel institucional, llevar a cabo el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad in-situ en: consultorios, quirófanos, laboratorios, salas, cuidados intensivos, etc., que por no ser cumplidos en su totalidad pueden producir sanciones graves, que pueden conllevar el cierre de la entidad en un momento determinado de acuerdo con la normativa establecida en cada país.
La telemedicina en su contexto general tiene que subordinar, con mayor razón, los protocolos de bioseguridad, si tenemos en cuenta que la mayoría de los sistemas básicos de telemedicina se instalan entre instituciones de salud de Nivel I y Nivel II, frente a instituciones de Nivel III-IV. En este sentido, la mayoría de las instituciones de Nivel I y II están ubicadas en lugares remotos y no pocas veces dentro de estas instituciones, no se realiza el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad obligatorios con médicos y pacientes. Cabe señalar que con esto no se pretende juzgar si estos protocolos se cumplen en su totalidad o no, simplemente la realidad que se vive hoy día en América Latina nos muestra la forma precaria en que trabajan los profesionales de la salud en las clínicas médicas de Nivel I y Nivel II , con los riesgos que esto conlleva en relación a las infecciones nosocomiales (intrahospitalarias).
En telemedicina pueden presentarse problemas graves de infecciones intrahospitalarias y / o externas en el momento de una consulta específica por parte del médico de cabecera y las enfermeras que atienden al paciente en las instituciones de Nivel I y II. Veamos una serie de ejemplos a continuación:
Partiendo de dos áreas como la telecardiología y / o la monitorización de constantes vitales -MSV-, al realizar un electrocardiograma o una MSV en un paciente, debemos instalar los electrodos correspondientes en miembros inferiores, tórax y espalda para el registro, como así como las ventosas de las derivaciones. Todo el material antes de ser colocado sobre el paciente debe limpiarse adecuadamente con guantes desechables y con líquidos especiales recomendados para la asepsia. Las almohadillas autoadhesivas deben ser desechables. En el caso específico del monitor de constantes vitales, tanto el pulsioxímetro como el termómetro oral deben seguir los mismos procedimientos de bioseguridad descritos. Es extremadamente importante que el gel utilizado para ambos procedimientos nunca se vuelva a empaquetar en ningún recipiente. Por otro lado, si se va a realizar una auscultación cardíaca y pulmonar para transmitir sonidos digitales, la campana del estetoscopio debe limpiarse adecuadamente con los líquidos recomendados por el fabricante. Una vez finalizado el procedimiento, se debe realizar sin excepción la limpieza del equipo biomédico utilizado en el paciente.
En el caso de la tele-dermatoscópio, cuando se utilizan tele-dermatoscópios, antes y después de su aplicación sobre la piel y mucosa del paciente, las superficies del tele-dermatoscópio que entran en contacto con estas áreas anatómicas deben ser asepsia. correspondiente, también con guantes desechables.
Para el caso de tele-radiología, con los rayos X que se escanean y son enviados para lectura en instituciones Nivel III-IV, se debe tener extremo cuidado de que al terminar el escaneo correspondiente, la placa o placas caigan a la canastilla o recipiente que poseen los escaners. Ninguna placa radiológica debe caer al suelo bajo ningún pretexto.
Con respecto a los espirómetros y su software de telemedicina, debo hacer una nota especial. En caso de que la institución de Nivel I o Nivel II no cuente con autoclave para esterilización, es mejor abstenerse de ofrecer este servicio. La apreciación que se da levemente en estos casos por implementar este servicio es que las boquillas son desechables. Esto es un error ya que las dos mangueras que van al espirómetro para registrar la lectura no son desechables, por lo que es obligatorio que cada vez que se realiza una espirometría, ambas mangueras deben pasar al autoclave para su esterilización.
También es delicado en la telemedicina, la interacción en tiempo real: médico generalista-paciente-especialista. En los sistemas que he tenido la oportunidad de diseñar y montar se ofrece interacción visual y auditiva entre los tres actores que participan en la interconsulta, pues no pocas veces el especialista ubicado en la institución Nivel III-IV desea ver y hablar directamente con el paciente y con el médico general ubicado en la institución de Nivel I-II. No olvidemos que un buen sistema de telemedicina debería permitir que ambos médicos utilicen un auricular con micrófono para la comunicación privada. Cuando el especialista manifiesta que quiere hablar con el paciente, el médico general nunca debe pasarle al paciente la diadema que está usando. Al menos en nuestros sistemas se utiliza micrófono externo y altavoces para la interacción: médico de general-paciente-especialista, cuando este último lo requiera.
Como podrá apreciar el lector, en la telemedicina la bioseguridad es muy importante. Los profesionales sanitarios y los pacientes no pueden ser sometidos a tecnologías innovadoras sin tener en cuenta unos buenos protocolos asistenciales al respecto.
Para los pocos ejemplos descritos, el denominador común son las infecciones virales, bacterianas y fúngicas transmisibles, ya sean nosocomiales y / o externas. Algunas de ellas como: tuberculosis, dengue hemorrágico, zika, chikungunya, hepatitis A, B y C, sida, influenza A H1N1, etc. Como se sabe en el ambiente que alberga a los profesionales de la salud, las patologías mencionadas y muchas otras son potencialmente peligroso en cuanto a transmisión, ya sea por: vectores, tos, sudoración, mucosas, saliva o piel. Evidentemente, en caso de sospecha, tanto el médico de cabecera como el personal paramédico deben utilizar mascarilla y guantes desechables, después de atender al paciente.
Por último, una reflexión dirigida al personal sanitario: ten en cuenta que la responsabilidad de la buena salud del paciente y de vosotros, depende de la buena práctica médica en materia de bioseguridad. Ustedes, los profesionales de la salud que están trabajando en instituciones de Nivel I-II, como dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades -CDC- de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, son los más expuestos a contraer infecciones como las descritas y recuerde que en Instituciones de baja complejidad en América Latina, por lo general no se cuenta de primera mano con los medios y medicamentos adecuados para recibir tratamiento usted mismo.